Esta semana los integrantes del Comité de Padres de Familia (del periodo 2017-19) visitaron la oficina de Impulso para conversar de varios asuntos con motivo de la entrega de tres nuevos salones de clase en la secundaria general “Defensores de Moroleón” que tiene más de 50 años de vida.
La presidenta, Sra. Graciela Martínez Peredo, su esposa y asistente, José Eduardo Álvarez Franco, la Sra, María Guadalupe Narváez Sarabia, vicepresidenta, y el ex director de la escuela Mtro. Raúl López Villalobos. No pudieron asistir la tesorera, Sra. Maribel Ávalos Vázquez, y el maestro Luis Manuel Tinoco Sotomayor. Este comité fue formado en la asamblea de los padres de familia representantes de cada grupo de la escuela. La razón es porque tanto la presidenta, como la tesorera y la vicepresidenta venían precedidas por sus positivas actuaciones previas en puestos parecidos.
Así que resolvieron, primero, pagar las deudas pendientes, en seguida pintar las torres, adquirir un moderno sistema de sonido y modernizar los sanitarios. El maestro Raúl y el maestro Luis Manuel acompañaron a comité en cada paso y lo sostuvieron anímicamente cuando el aliento decaía. Este comité llevaba un registro bancario de cada depósito y reunieron comprobantes de cada gasto. En dos cuadernos se conservan los comprobantes de cada peso recibido y gastado.
Una de sus prioridades lo fue la construcción de las tres aulas de Tercero. En esos viejos salones la humedad había impregnado las paredes, había goteras y el riesgo aumentaba cada día. Empezaron a hacer gestiones ante las instancias oficiales y afortunadamente el presidente municipal, Lic., Jorge Ortiz Ortega, con su reconocido interés en la educación, les prometió ayuda y acompañamiento. Pasaron los meses y un día llegó la noticia: el proyecto había sido aprobado.
Los tres salones serían construidos con la colaboración del municipio y los padres de familia. El comité se encargaría de la demolición que se calculó ascendería a 300 mil pesos. Eso no los hizo retroceder y empezaron con su activismo. Reunirían el dinero y la obra se realizaría, eso les aseguraba el maestro Raúl. Ambos, maestro y comité creen y trabajan con la idea clara de que es posible alcanzar las metas. Las opiniones contrarias no los desalentaron y siguieron adelante.
Iniciada la obra, les notificaron que el costo sería solo de 220 mil pesos. Se alegraron con la noticia, pero aún les faltaba dinero. En este momento ya estaba en funciones el nuevo comité y los convencieron para completar la aportación. Así que, con la labor conjunta de Padres de Familia y municipio, se logró que la generación actual cuente con tres nuevos salones adecuados y seguros; es más, están construidos para soportar dos niveles más pensando en las generaciones futuras.
El entrevistador señaló dos hechos notables, en su opinión: primero el hecho de cada escuela cumpla con el requerimiento de tener un comité de Padres de Familia, no es garantía de mejora pues algunos pasan sin dejar huella. Segundo, un verdadero comité tiene voluntad y ésta se enraíza en convicciones. ¿Cuáles son esas convicciones que hacen que un comité trabaje y se sostenga en su proyecto? Mencionaron algunas: sus padres les enseñaron que hay que aportar a la comunidad de la que tanto se ha recibido. Y también que si se ama realmente a los hijos, hay que trabajar porque la educación sea un auténtico apoyo en su vida y eso incluye las obras materiales.
Despedimos al comité y felicitamos a cada uno por sui labor que queda plasmada en esa obra de alcance trascendente. Ellos agradecen al presidente municipal y al Ayuntamiento por el apoyo recibido. Con ello, el renombre de la gente de Moroleón, como amante del trabajo, se confirma.