Al poniente de Moroleón se ubica una colonia que conserva la denominación antigua del lugar: El Terrero. El acceso es rápido gracias a una moderna vialidad de concreto. Queda cerca de la carretera a Quiahuyo y muy cerca de la Avenida Morelos que parte del centro de Moroleón. Para los automovilistas, unidades de transporte público y motociclistas no representa un problema llegar a todas las colonias limítrofes.
De hecho, en este sector de Moroleón se observa un continuo crecimiento. Las calles sin pavimento cada día son menos y los colonos se han asociado para hacer oír su voz. En El fraccionamiento El Terrero, los vecinos están organizados desde el año 2005. La compra de estos terrenos, como en todos los casos, se realizó con la esperanza de contar con una casa que estuviera equipada con todos los servicios: agua potable, luz, drenaje y calles pavimentadas.
No comenta Miguel Zavala Rivera, vecino y dueño de un súper, que con ello quisieron acabar con las dilaciones y engaños de que eran víctimas. Siempre quisieron colaborar para contar con los servicios esenciales, pero nada de eso era posible porque los terrenos se encontraban en situación irregular. En Presidencia los recibían, pero no veían ningún avance. Sin embargo, nada de eso los desanimó y siguieron con su propósito. Ya eran una asociación legalmente constituida y aunque no todas las familias propietarias colaboraban con el mismo entusiasmo, las más dinámicas eran mayoría.
Son más de 137 lotes que vivían en calles oscuras, con baches y desniveladas, sin drenaje, sin agua y sin luz. Para el año 2008 la gestión ante el SMAPAM fue fructífera y los vecinos se pusieron a arreglar la red de agua y drenaje como primera condición. El golpe de suerte para esta Asociación llegó cuando el Licenciado Jorge Ortiz Ortega asumió la presidencia por primera vez, hace seis años. Conversaron con él y con su claridad de mente legal trazó un camino para solventar todos los obstáculos. Los vecinos aceptaron y, como se les recomendó, se armaron de paciencia.
Uno a uno, fueron superados los obstáculos hasta que casi todas las familias recibieron sus escrituras notariadas. El gasto fue menor y el beneficio mayor: por fin eran propietarios del terreno adquirido con tanto esfuerzo.
Hoy el fraccionamiento tiene pavimentada su entrada principal y una calle aledaña está siendo pavimentada. Hay iluminación LED, drenaje, luz y agua potable. Por supuesto que la seguridad, y la comodidad son dos ventajas inmediatas; otras evidentes son también el mayor valor de cada terreno y la seguridad de los vecinos. En primer término, se puede hablar de la recuperación de la dignidad, de sentirse parte de un municipio laborioso y que lucha por la igualdad.
Los vecinos, en voz de Miguel, agradecen al Licenciado Jorge Ortiz Ortega, y a su Ayuntamiento, el apoyo tan valioso que le otorgaron a todas las familias. Como un comentario final, Miguel recomienda a los vecinos de predios irregulares que se organicen y hagan llegar su voz a la administración municipal. Ellos, y varios más, han tenido éxito en sus gestiones y eso es precisamente el punto: el éxito se consigue cuando todos trabajan al unísono, con honestidad y perseverancia