Por Lic. Gerardo Doroteo Álvarez Olmos
Estimados Geeks y asiduos lectores de esta columna, otro de los efectos de la pandemia
como ya lo comentamos, fue el aumento exponencial de las ventas de gadgets
(dispositivos electrónicos), principalmente aquellos que nos facilitaron continuar con
nuestras actividades en confinamiento, y esto inevitablemente generó también dificultades
a las grandes compañías para abastecer los componentes de éstas, principalmente los
microprocesadores que son digámoslo así, el cerebro.
La euforia que experimentó esta industria al inicio de la pandemia fue muy efímera dado
que en estos momentos enfrentan un enemigo silencioso: la capacidad de manufacturar
estos componentes.
En los últimos meses varios sectores económicos que utilizan estos microprocesadores,
han expresado el problema de la falta de éstos, que se encuentran no solo en los
llamados gadgets que utilizamos día a día, también otras industrias como la automotriz
que dependen de estos “cerebros” para equipar sus unidades.
Ford, Chrysler entre otras han anunciado que detendrían temporalmente sus labores en
algunas armadoras debido a este problema; las grandes compañías de la industria de los
videojuegos como Sony también se ha visto afectada. Tal vez recordarán que para el
lanzamiento del PS5 se experimentó una escasez de consolas después de haber lanzado
la primera serie a la venta, a pesar de la alta demanda.
El tema ha generado tanta incertidumbre que hasta el presidente de los Estados Unidos,
Joe Biden, ha abordado el tema, señalando que dará seguimiento puntual, al igual que
explorará algunas posibles soluciones.
¿Pero por qué la industria de los microchips está experimentando estas dificultades?
Santiago Cardona, Director General de INTEL en México, comenta al respecto: “Hace
poco más de un año comenzó la pandemia en China; uno de los hubs de manufactura
(centro donde se fabrican componentes electrónicos) más importantes del mundo. Fue
ése el primer país en imponer restricciones, por lo que estos sitios cerraron, y eso generó
que, de ahí en adelante, toda la cadena de abastecimiento de electrónica comenzara a
sufrir”. Esto aunado al “parón” completo que sufrió este mismo lugar debido a las
festividades del año chino que paralizan la zona por una semana aproximadamente.
Otra dificultad se presenta si tomamos en cuenta el tiempo de investigación y desarrollo
que requieren estas compañías para poder generar nuevas generaciones de éstos.
“Cuando Intel decide manufacturar un nuevo microprocesador, pasan alrededor de 20
semanas, casi seis meses, hasta que lo vemos salir de la fábrica; y esto no significa que
ya lo vas a ver dentro de una computadora, sino que apenas después de esto es enviado
a las empresas que lo requieren”, comenta.
Frente a esto, el director General de Intel México señala que existe un compromiso en
general por parte de la industria tecnológica para enfrentar la crisis. Dicha industria irá
mejorando conforme exista la posibilidad de seguir manteniendo la continuidad en las
plantas de producción.
Así que, debido a esto, los precios de los dispositivos y demás industrias afectadas ya
están aumentando sus precios, y si no se resuelve esto pronto, será la constante para los
próximos años, por lo que si tienen la necesidad de adquirir alguno de estos productos
háganlo ahora.
¡Escríbanme con sus opiniones y sugerencias, Au revoir!