PERIÓDICO IMPULSO

Lola nos escribe

Queridos lectores, les deseo un feliz inicio de mes, mes patrio, por cierto, ideal para festejar la conexión que sentimos con nuestras raíces, alzar las banderas y gritar ¡Viva México! Claro está que debemos hacerlo desde nuestras casas, cuidando nuestra salud y la de nuestros seres queridos, la pandemia aún no cesa.

Y ya que estamos en el mes patrio, en este mes que nos recuerda la valentía de nuestros ancestros, hablemos de la valentía de nuestros presentes para con la industria y para con nuestro país.

Hoy por hoy nuestra industria textil atraviesa uno de sus más grandes retos, no solo local ó nacional, sino global. El reto del que hablo es el nivel de competencia, eso implica mencionar al mercado, los productos en él y por supuesto los procesos empleados, (sabemos que no somos los únicos productores y que la llegada de productos del continente asiático pone en jaque la producción de la zona, al llegar con precios tan bajos). Por tal razón el cambio juega un papel muy importante, la capacidad de cambio en procesos, la capacidad de cambio en nueva maquinaria, la capacidad de cambio en la implementación de personal preparado en carreras afines a lo textil, la capacidad de cambio mental o “coco wash” son nuestro nuevo día a día. Porque lo que fue ayer, hoy no lo es más, seamos rápidos en la adaptación a los nuevos escenarios. Innovar y ser diferentes es el camino.

 

Y ya que tocamos la palabra innovar, aquellos que me leen y son empresarios, díganme, ¿qué hacen con sus residuos industriales?, ¿Los acumulan por largas temporadas, los venden por tonelada, los donan a la caridad para que se realicen prendas únicas? Ó ¿Los usan en pequeñas producciones creativas para un show room?

¿Sabían que, lo que para algunos es basura, para otros es materia prima de la mejor calidad? Sean buenos entonces y cuando tengan oportunidad sean esa oportunidad para alguien más.

En día pasados pregunté sobre el número de empresas textiles en la zona, me comentaron que eran cerca 2500 registradas, más aquellas que están en proceso de la alta, realmente es una gran industria, ¿verdad?.

Bien, regresando a la palabra innovación, ésta será determinante para la sobrevivencia de nuestra industria textil.

En el camino me he topado con empresarios que se dedican a copiar prendas que ven en la web, solo haciendo un ligero cambio, no sabiendo que tienen una mina de oro mental en sus diseñadores, tal vez les falta confiar más en ellos, generar una identidad y pertenencia para con la empresa, su visión y valores. También me he topado con empresas que tienen claro lo que quieren, tienen claro su estilo y su meta. Para ellos un aplauso.

París es sinónimo de romanticismo, ¿Quién no se imagina viajando a ese país y tomándose fotos en sus grandes y hermosas construcciones arquitectónicas?, también es conocido como ciudad de la luz, capital de la moda. Dato curioso: Fue en el siglo XVIII, en el reinado de Luis XIV, Él hizo que los mejores modistos fueran a París y así lo que ellos hacían, se comenzó a copiar en toda Europa. El punto al que quiero llegar: la zona sur del estado tiene todo para ser la capital de la moda en nuestro país y algo nos esta fallando porque no lo somos. ¡Hagamos las cosas diferentes!

Los invito a ser conscientes, creativos e innovadores; seamos pues valientes y tomemos nuestras armas para hacer de la zona sur, un lugar de referencia  en la producción textil y moda a nivel nacional he internacional y que, ¡Viva México!

Antes de concluir, les agradezco me permitan entrar a sus oídos y mente, les comparto un pequeño escrito de mi autoría, esperando les guste.

Con afecto: Lola Razo.

¡Tápate muchacha!

-Tápate, el frío es fuerte, el tiempo impredecible, las noticias han dejado de ser gratas.
¿Sabías que también yo un día fuí joven con tantos o más sueños que tú? Sí, un día quise ser diferente, pero no sé en qué momento dejé de creer en mí. Mi madre era exigente, yo solía escucharla a medias, en ocasiones me cansaba su credo, en otros casos era lo que me daba esperanza, me decía que no fuera a meter la pata, que ya en casa había muchas –tú sabes la palabra-. ¿Te imaginas lo que yo sentía?, creo que ese miedo me hizo no disfrutar de algunos placeres de la vida, con decirte que me metí a un convento, era una ironía, en casa mamá podía presumir que tenía de todo, sí, de todo.
Pasó el tiempo y algunas cosas para mí fueron tristes, estando yo de misiones en Argentina recibí una nota diciendo que mi hermana había muerto de SIDA, luego, un año después mamá enfermó de tristeza y también murió; de mi padre nunca supe nada, la vida no siempre es justa. Yo me salí de esas cosas religiosas, no he dejado de creer en lo supremo, más no dejo de reclamar. 

Hoy no sé qué me depare la vida, quisiera un hijo a mi lado, pero ya mi vientre es viejo. ¿Será que no me tocaba?.

-Señora, me deja sin palabras.

-!Lamento lo vivido!
-Soy señorita mi niña. (riendo) me es divertido. Tú solo escúchame, que hay días en los que los recuerdos me ganan, !Seguro es por la luna llena en época de lluvia!.

 

            El camión se detuvo, la joven bajó y jamás volvió a ver a aquella señora.
 

Todos tenemos una historia que contar y miles que escuchar.