PERIÓDICO IMPULSO

EDITORIAL “Información”

La etimología se ocupa de rastrear los orígenes de las palabras. Muchos significados no los tenemos claros o son totalmente desconocidos. Así como es muy útil conocer la historia de la propia familia y del país que habitamos, es también importante conocer el significado de las palabras que usamos. Nuestro idioma nace del latín, del griego y del árabe y, en el caso de México, también de las lenguas autóctonas. Cerca de nosotros aún de habla purépecha y otomí peor en general las lenguas nativas están languideciendo al irse mermando la población que las domina.

Nosotros hablamos español con fluidez, lo escribimos y leemos con facilidad. En nuestro concepto manejamos palabras cuyo significado conocemos. Aquí quisiera analizar superficialmente lo que significa la palabra “Información” en sus orígenes para, a partir de allí, tener un mejor conocimiento de su alcance.

“In” es una partícula de origen latino que se refiere a lo in-terior, lo que está o va hacia adentro. Es lo opuesto a la partícula “ex”, como en las palabras ex-­terior y ex­­­­­­-pulsar. Por otro lado, la palabra forma se refiere a algo que existe, que está allí. En conclusión, “informar” podría significar dar forma a algo en el interior. Es decir, generar una idea, absorber un texto, interiorizar una imagen, guardar una impresión, reconocer un sonido, aroma o circunstancias, etc. En pocas palabras es modificar y, generalmente, enriquecer nuestro mundo interior con nuevos datos.

Estos datos se pueden conectar a los ya existentes o dar inicio a una nueva cadena de conocimientos. Aprender un idioma es introducirse en un nuevo panorama. En este caso hay nuevas palabras que designan objetos, situaciones, sentimientos, ideas ya conocidas, pero ahora conectadas con nuevas palabras. Este esfuerzo extra no solo potencializa al cerebro, sino que introduce a la persona a una nueva forma de ver y hablar del mundo. Y esto es una ganancia por el lado que se le mire.

Hoy, con Internet, tenemos al alcance de nuestro teclado la información o datos que busquemos o necesitemos. No hay materia, ciencia, asunto o interés que no haya sido expuesto y compartido por otro ser humano en algún rincón del planeta. Esta universalización del conocimiento llevó a algunos teóricos y novelistas a imaginar un mundo en que la curiosidad intelectual sería el rasgo dominante del ser humano y, por consiguiente, a un aumento prodigioso del cúmulo de conocimientos. Un progreso incesante.

¿Ha sido así? No, no ha sido así porque el deseo de aprender y de conocer no se da de manera natural y semejante en todos los seres humanos. Partiendo del supuesto de que todos tenemos las mismas facilidades, la desigualdad brota. Unos quieren saber el por qué de las cosas, pero a otros los basta lo que oyen o les trasmiten sin que se involucren personalmente en búsqueda alguna. Se suele decir “las cosas son lo que son y siempre han sido así”, por lo tanto, no hay que molestarse con tanta lectura o esfuerzo mental. Asistir a una conferencia o leer un libro son ocupaciones sin sentido para algunas personas.

Estudiar una carrera, seguir metódicamente un programa académico y sacrificar, en el camino, diversiones o distracciones, es considerado algo inexplicable desde el punto de vista de quien busca satisfacciones inmediatas. Pero el proceso normal de crecimiento y desarrollo de la mente humana es progresivo y en etapas. Aún no hay píldoras que suministren en conocimiento de inmediato. Es necesario procesar los datos, la información y lograr que hagan sentido con mis propias metas y la visión del mundo que estoy construyendo.

En este panorama, leer libros, asistir a conferencias, pasar tiempo ante la computadora para aprender cosas nuevas, pronto se convierte en un placer y se inicia un circulo virtuoso en que cada nuevo dato me enlaza a otro y así sucesivamente hasta que mi mente se va transformando en una mente científica que ve la realidad analíticamente. Esta es la meta de todas las secretarias de Educación en el mundo: lograr que cada ser humano piense por sí mismo y sea consciente de su enorme potencial. Por eso es importante leer. La trasmisión de conocimientos se da en el aula, pero la información siempre está al alcance en los libros. De hecho, la esencia de Internet es la lectura y la palabra en video. Aquellos que no leen están perdiendo su capacidad de desarrollo o al menos la están haciendo penosamente lenta. Y este retraso lógicamente tiene consecuencias en el nivel de desarrollo general. Cuanto más conocimiento hay, más posibilidades de progreso existen.

En Impulso tratamos de colaborar a la trasmisión de información confiable y valiosa. Nuestro objetivo es que nuestras comunidades tengan al alcance de su celular y computadora una cantidad de información que les haga más fácil y segura su participación en la vida comunitaria de nuestros municipios. Los invitamos a que accedan a nuestro portal informativo donde aceptamos gustosamente sugerencias y colaboraciones. Búsquenos en Google tecleando lo siguiente: www.periodicoimpulso.com