Por: Chava OK
Después de dos años que comenzara una conversación formal, entre el gobierno y la oposición venezolana, varios empiezan a cuestionarse que cuánto tiempo más se necesita para manifestar que el proceso ha sido un fracaso.
Entre estas preguntas se encuentra una posiblemente con más urgencia: ¿cómo puede tener éxito este dialogo si no hay un plan claro para apoyar los acuerdos parciales que ya se han alcanzado en el proceso?
Las expectativas de una disolución negociada en Venezuela eran altas en agosto de 2021, cuando representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se juntaron en la CDMX. Allí firmaron un amplio acuerdo para iniciar negociaciones que, en palabras de los firmantes, pueden “establecer reglas claras de convivencia política y social, con respeto absoluto a la Constitución Nacional”. El proceso fue diseñado para ayudar a las partes a alcanzar una serie de “acuerdos parciales” que generarían un impulso hacia un acuerdo integral para restaurar la democracia en Venezuela.
Después de más de un año de charla tras bastidores, las partes alcanzaron un logro significativo el 26 de noviembre de 2022. Una vez más llegaron a la CDMX y firmaron un acuerdo parcial que canalizaría algunos recursos congelados en el extranjero por las sanciones de EE UU a un fondo que sería administrado por las Naciones Unidas (ONU). Estos fondos se destinarían a priorizar la atención médica, la nutrición y la restauración de la infraestructura básica, todas las cuales son necesidades urgentes que contribuyen a una crisis migratoria que ha obligado a más de siete millones de venezolanos a irse de su país.