PERIÓDICO IMPULSO

OBSERVACIONES

Por Lic. Andrés Álvarez Frutos

Los habitantes de nuestra zona visitan con mucha frecuencia Morelia, ciudad con amplias avenidas y varias glorietas. Las obras viales que actualmente están en proceso en esa ciudad son espectaculares y deberán ser funcionales para el tráfico vial. Ni las molestias de estas obras, han detenido el flujo vehicular entre michoacanos y guanajuatenses. Las visitas a Morelia no son necesariamente recreativas o por turismo, pues se acude a ella por diferentes razones: servicios, compras, espectáculos, familia, turismo, etc.

Hace poco conversaba con una persona que casi va a Morelia todos los días y cambia su reglamento vial en automático. En Nuestra zona, sur de Guanajuato, los vehículos que están circulando en la glorieta tienen preferencia, es decir, el conductor que quiere entrar a la glorieta debe espera hasta que sea seguro entrar a la glorieta.

En cambio, en Michoacán es a la inversa; los vehículos que entran a la glorieta tienen preferencia por sobre los que están circulando en la glorieta. Así que quien tiene que detenerse y facilitar el ingreso es el que está circulando en la glorieta. Esto hay que tenerlo en cuenta porque la entrada a nuestra zona, desde Michoacán, es la glorieta de los conos. Y me ha tocado ver unos “cuasi accidentes” porque los morelianos, están acostumbrados a entrar las glorietas suponiendo que el reglamento vial es como ellos lo conocen, mientras que los locales piensan que los visitantes conocen nuestras reglas viales…

Quizá sería aconsejable colocar unos señalamientos muy visibles que indiquen cuál es la norma vial aquí, en las glorietas. Quizá así los sustos o choques serían menos frecuentes. Después de todo a nadie le conviene tener un choque o un altercado. El visitante entenderá la regla y con ello su estancia entre nosotros será más placentera y segura y, de paso, quienes de nosotros que no sabíamos de esa regla en Michoacán, la podremos tener en cuenta al visitar Morelia.

Por otro lado, he estado observando que los motociclistas, al circular por las calles y teniendo un amplio espacio, sin coche al lado, se acercan milimétricamente a los coches estacionados. Tienen toda la calle disponible pero, por alguna razón, prefieren arrimarse a milímetros de los vehículos estacionados. La única recomendación es que, quienes estén en el vehículo estacionado, pongan mucha atención y vean su espejo antes de abrir la puerta hacia la calle. Un portazo puede ser fatal para un motociclista y terrible, en sus consecuencias, para quien abre la portezuela.

Por otro lado, creo que sería conveniente que los motociclistas circulen a prudente distancia de los vehículos estacionados. Esta sería una conducción preventiva que puede evitar dolorosos accidentes. Y a propósito de vehículos estacionados, también sería ideal que las motos las estacionaran a una distancia funcional de manera que los vehículos estacionados puedan maniobrar y salir en el momento en que lo necesiten. Hay casos en que urge estar en un lugar pero la moto, pegada a la defensa, impide cualquier maniobra.