PERIÓDICO IMPULSO

LEYES ABSURDAS

Por Lic. Andrés Álvarez Frutos

Estas dos palabras, cuando se pronuncian unidas, significan que tal o cual disposición de la autoridad es algo incomprensible, algo que la razón no acepta como racional. En realidad, las leyes -como cualquier otro producto humano- están sujetas al cambio. Pueden surgir condiciones o hechos que afectan la forma de vivir de una sociedad y las leyes que norman tales hechos pueden quedar obsoletas o inaplicables y al contrastarlas con la realidad social vigente resultan absurdas. Pero toca a las autoridades tomar nota de esto y convocar a los expertos en leyes para a su debido tiempo modificar, adecuar o eliminar las leyes en cuestión. Mientras eso no ocurre la ley sigue viva y puede contener sanciones si se le transgrede.

En ética hay diferentes corrientes de pensamiento que tratan de analizar y comprender el nacimiento y carácter de la ética. Si la ética es algo impuesto o forma parte esencial del ser humano. Basta observar a los niños que apenas están “entrando en razón” para ver por uno mismo si la apreciación del bien y del mal es algo innato a es algo aprendido. Evidentemente hay costumbres que forman parte del grupo social y lo cohesionan. Las costumbres varían en cada grupo social y se transforman constantemente. En cambio, la ética propone valores que surgen del ser íntimo del ser humano y que están presentes en todas las leyes y en todas las sociedades. Este es el caso del robo, el asesinato, el engaño (fraude) y otros valores que forman parte de la existencia misma del grupo humano.

Es decir, si no se respetan esos valores, el precio es la extinción y una confusión total. Así que hay que distinguir entre costumbres y valores éticos. Ambos elementos forman parte de la vida de cualquier ser humano. Y las leyes emanan del sector esencial y universal que todos compartimos: la razón: Las leyes deben estar acordes con esta característica. Si una ley es irracional, disuelve al grupo social en lugar de unirlo. Por eso es importante que todos estemos informados del sentido y necesidad de las leyes. Somos parte de una sociedad y debemos conocer y entender lo básico de las leyes en relación con nuestros derechos y obligaciones, al menos en lo que respecta a lo más cercano a nosotros.

La finalidad de una ley es, entonces, custodiar al ser humano, preservarlo. Se castiga la agresión, la violencia, el fraude, etc. y son ejemplos claros de para qué sirven las leyes. Quienes consideran nocivas ciertas leyes es porque les estorban en sus actividades que quizá no son bien vistas por alguna ley. No necesitamos un policía o agente de tránsito haciendo guardia permanente en determinados lugares para -entonces sí- obedecer la ley. Es señal de madurez respetar la ley aún en la ausencia de la autoridad. Esto se llama “autonomía ética”. Quienes respetan la ley solo cuando la autoridad los ve, se colocan en lo que se llama “heteronomía ética”. Estas palabras lo que significan es que solo respeto le ley cuando me siento observado. Naturalmente esto es propio de los niños pues los adultos saben que las disposiciones legales están allí para servir a la comunidad.

Y si hay alguna queja en contra de alguna disposición legal, hay canales por los que se puede hacer llegar la inconformidad. Creo que en nuestra zona podemos llegar a convertirnos en comunidades modelo si nos informamos sobre el sentido de los reglamentos municipales en lo que concierne a la actividad que desarrollo. Necesitamos con urgencia vivir en paz y en colaboración y esa es la última finalidad de las leyes. Necesitamos convertirnos en autónomos y dejar de ser heterónomos.