PERIÓDICO IMPULSO

Estafa hormiga en facebook

Por Rolando Gallardo Gaytán

Además del “robo hormiga” y el “secuestro exprés”, existen otras modernas tácticas estafas a través de redes sociales. Te birlan pequeñas cantidades de dinero y, por ser cantidades menores y por la imposibilidad de conocer la identidad del hechor, nadie denuncia esto.

Les voy a platicar la mecánica de esas estafas frecuentes:

Una chica desconocida, con una foto de perfil que corresponde a una mujer guapa y carita de inocente, solicita agregarse a tu cuenta. Parece ser un perfil inocuo. Una chava con muchas selfies en su muro y hasta mensajes motivadores y positivos, para dar la imagen una chica bien. La aceptas. Casi al instante te contacta por InBox, sacándote plática, que quién eres, en dónde vives, en qué trabajas, etc., etc. Ya que le contestas, de inmediato te suelta el rollo: “… he perdido mi empleo, no tengo dinero para comer, necesito 200 pesos. ¿Me los puedes enviar?

Y es ahí en donde ya te doraron la píldora. Una muchachita bonita y sin trabajo que no tiene 200 pesos para comer hoy… ¡Total!… ¿Qué tanto son 200 pesos?… Le preguntas: “¿Y cómo te mando la lana? Tú me dices que vives en Chiapas y yo estoy en Guanajuato” De inmediato te da un número de referencia para que le deposites en Oxxo; pero tiene que ser a la voz de ya, pues tiene mucha hambre acumulada de “tres días sin comer”. Tú le depositas los 200 chuchulucos, que al fin y al cabo hay Oxxo’s casi en cualquier parte y es fácil de llegar ahí.

Lo que pocos saben que esos 200 pesos que tú depositaste como buen samaritano se acumulan a otros muchos depósitos de otros “tíos” que cayeron en el mismo garlito. La linda chica que viste en la foto de perfil de Facebook… ¡no existe! Es uno de los muchos troles que manejan las bandas de estafadores cibernéticos que están proliferando a últimas fechas. Su impunidad está garantizada; pues nadie va a ir a denunciar el delito y menos por 200 pesos y pasar la vergüenza de ser exhibido por “pend… tonto”. Además, ¿a quién vas a ir a demandar? La persona que te estafó… ¡no existe! (por lo menos, la hermosura de chamaca que viste en la foto, no es real)

Si les llega a suceder, pónganse águilas y pregúntenle a la interfecta: “¿Cómo es que no tienes dinero para comer, pero sí tienes saldo en tu teléfono para enviarme este mensaje por InBox? ¿Tengo la cara de hermanito de la caridad, filántropo, millonario… o, de plano, de ppppp…?” Nomás pregunto.