PERIÓDICO IMPULSO

E N S E Ñ A R

Por Lic. Andrés Álvarez Frutos

Un maestro es un educador o un enseñante. Es su trabajo y, en innumerables casos, encarna su vocación y su misión vital. Es decir, no podían hacer otra cosa. Enseñar tiene la misma raíz que signo y un signo es un distintivo, un sello (por ejemplo, per-signarse). Y es a un sello a lo que se refiere la palabra latina. Por otro lado, la palabra educar tiene la misma raíz que conducir que equivale a guiar. En este caso lleva primero la palabra e que en latín se usa para significar desde o procedencia.

Signar es lo mismo que sellar y esto evoca una marca, algo visible y permanente, como un tatuaje. Edúcere, equivale a sacar de y también esta actividad está relacionada con la docencia y el aprendizaje. Enseñanza evoca la fuerza y permanencia de la palabra del maestro en el alumno. En la segunda acepción, se hace referencia al acto de acompañamiento y guía del alumno para que éste conserve lo aprendido en la escuela. Son dos conceptos complementarios: escucho, comprendo y absorbo lo que proviene del maestro. O también lo escuchado desata un proceso interior en que yo, por mí mismo, descubro nuevos conocimientos y avanzo en mi intelecto con la guía del maestro.

Esta realidad dual es la que se pretende alcanzar en todas las aulas del mundo: conectarse con la cultura y conocimientos alcanzados y usarlos provechosamente; y al mismo tiempo crear nuevos conocimientos y encontrar nuevos caminos para el bienestar de la humanidad. Maestro y alumno en una asociación virtuosa que va cambiando el entorno personal y comunitario para descubrir nuevos y mejores horizontes. Por eso todo docente anhela ayudar a generar alumnos que superen al maestro. Este logro justifica todo esfuerzo e inversión de los padres de familia y del gobierno. También idealmente deberían marchar armoniosamente gobierno e iniciativa privada porque a final de cuentas ambas comparten el mismo país.

Hoy quiero felicitar a todos los maestros que hacen una diferencia en la vida de sus alumnos. Los felicito porque con su experiencia e instinto educativo pueden hacer que los alumnos vean e ingresen en el universo de la cultura. La cultura es esa atmósfera que nos permite unirnos a lo mejor de la raza humana y descubrir nuestro verdadero yo. Todos los grandes talentos y genios de la historia están presentes en las aulas del mundo y siguen hablando a todas las generaciones a través de la voz del maestro. En cierta forma figurada todos esos personajes siguen vivos en la persona del maestro. Y no solo los revive cada día, sino que va agregando su propia visión y esto enriquece a cada alumno. Hoy, y todos los días, los maestros salen a su centro de trabajo. Hacen su mejor esfuerzo por cumplir con todo su esquema de trabajo.

Mi recuerdo de los maestros que tuve es siempre de gratitud. Con ellos comprendí mejor el mundo y mi interior. Fueron empáticos, respetuosos y uno podía sentir el cariño por su profesión. Naturalmente que también tuve maestros que solo iban por el sueldo que representa ese trabajo, pero no dejaron una huella amarga. Parte del aprendizaje en las aulas es la comprensión y evitar la fácil condena. Si todos nos esforzáramos por seguir el ejemplo y enseñanzas de nuestros mejores maestros, México, -como suele decirse- sería imparable. ¡Felicitaciones, maestros!